Guía del Gestor de Energía del Cliente (CEM)

Un edificio o una vivienda tiene su propio comportamiento de consumo energético, que no depende solamente de los hábitos de quienes la habitan, sino también de los dispositivos o equipos que se encuentran en su interior. Para los sistemas de gestión de energía, los cuales están destinados a optimizar el uso de la energía de un edificio o una vivienda, este patrón variable de uso es uno de los tantos factores que debe tener en cuenta para su funcionamiento correcto.

Aquí es donde entra en juego el Gestor de Energía del Cliente, también conocido como CEM. El CEM es el componente clave que da flexibilidad a todo el sistema de gestión de energía. Consiste en una función lógica que reúne la información de la configuración preferida del cliente, de los dispositivos presentes en el edificio o la vivienda, de la red y de cualquier otro ajuste adicional. Luego, toma la decisión de cómo optimizar la generación o el consumo de energía de acuerdo con estos datos.

En otras palabras, el CEM reúne información acerca de todas las salidas de energía y sobre sus necesidades de energía durante un determinado periodo de tiempo. Las salidas de energía pueden referirse a electrodomésticos como frigoríficos, iluminación, bombas de calor y calentadores de agua, o equipos de oficina como máquinas de impresión, sistemas de climatización y funciones de seguridad. Sin embargo, además de los consumidores de energía, también consulta a los productores o fuentes de energía, como los sistemas fotovoltaicos, los sistemas de almacenamiento de energía o las estaciones de carga para vehículos eléctricos.

Al comparar y comprender los perfiles energéticos de estas salidas y fuentes de energía, el CEM puede optimizarse usando la información acerca de la energía disponible prevista y las ofertas de precios para el periodo de tiempo estipulado. Esto se hace creando gráficos de energía frente al tiempo que alinea las franjas una al lado de la otra. Cada franja define la cantidad de energía necesaria durante el periodo.

De este modo, el CEM no solo busca distribuir la energía sin interrupciones, sino también optimizar los gastos correspondientes al uso de la energía. Además de la información acerca del entorno interno y las preferencias de los clientes, el CEM también cuenta con señales de la red a la que está conectado, lo que le proporciona información sobre las variaciones de los precios de la energía.

Teniendo en cuenta la hora del día, la generación de energía, las necesidades de energía, las tarifas de la energía y muchos otros factores, el CEM usa su función lógica, que asignará la energía de forma eficiente y sin interrupciones, a fin de reducir al máximo la dependencia de fuentes externas y así disminuir los gastos de energía.

Asimismo, dado que el CEM también puede reconocer la carga de la red eléctrica inteligente con sus horas punta y valle, se asegurará de que toda la red no se sobrecargue. Por tanto, un CEM también es un elemento clave para mejorar la eficiencia y la estabilidad general de toda la red.

Como el CEM recoge información sobre todas las salidas, fuentes y generadores de energía de un edificio o vivienda, es el más adecuado para desempeñar un papel clave en la gestión de la carga, como un tomador de decisiones central o un proveedor de sugerencias para las adaptaciones de carga. Puede ocuparse de evaluar la gestión basada en las tarifas y la gestión de la generación.

El CEM se encuentra en la intersección del entorno interno de la infraestructura y su entorno externo al estar conectado a la red de energía. Esto le permite desempeñar un papel fundamental en los sistemas de gestión de energía de viviendas (HEMS) y en los sistemas de gestión de energía de edificios (BEMS) para proporcionar un rendimiento energético óptimo.